Un honor

Todas y todos tenemos en el recuerdo a una persona especial que nos descubrió el amor en letras mayúsculas. Nos rescató del joven río naciente de nuestra historia, del fresco nacimiento de nuestro deambular, de nuestra tierna e inexperta vida, como peces recién nacidos que son capturados por el viejo anzuelo de la experiencia para soltarnos después, ahora conociendo las mieles del placer y el punzante dolor del desamor.

Y, por lo general, siempre coinciden los mismos ingredientes: la candidez, la ilusión, la generosidad, la emoción sublime, el inevitable hedonismo amoroso. Y después, fruto de la trémula ternura de la juventud, el egoísmo, la irresistible curiosidad de practicar lo aprendido en una experiencia nueva, la monotonía, los celos, el ansia de la libertad perdida…

Existe una mujer, mi hermana de alma, mi otro yo, que un día fue una extensión de mí. Yo mismo fui una extensión de ella. Fuimos uno. Ella me lo enseñó todo. Me hizo libre cuando estaba preso de mi inexperiencia. Me dio amor, amistad, lealtad. Yo le di vida, luz, juventud y un motivo de vida.

Pero, una vez que al pájaro herido se le cura el ala rota, que conoce los secretos que su alter ego, llega el momento de volar. Porque sus alas son fuertes, robustas. Porque el instinto le pide ir más allá del horizonte para saber qué hay al otro lado del sol. Porque no es que no pudiera volar, simplemente, no sabía o tenía miedo de hacerlo.

Y ella quedó sola, rota. Con las manos extendidas a la luz. Dejándome ir. Yo no volví la mirada atrás. Perseguía mi destino.

Hoy por hoy, después de nuestro reencuentro, descubrimos que nos conocemos más y mejor que ninguna otra persona. Sospecho que ella mucho más que yo. Los dos tenemos nuestras vidas, nuestra circunstancia. Los dos nos hemos perdonado. También sospecho, que ella mucho más que yo. Ahora, los dos amamos más y mejor que antes. Y eso es algo que nos debemos el uno al otro.

Aún así, siempre tendré la sensación de que yo debo un poco más.

Esta canción es un regalo, exclusivamente, para ella. Mi maestra de vida.

Fue un honor ser su aprendiz.

UN HONOR

(Letra y música: Ángel Julio Liarte González)

FUE UN HONOR VIVIR

AQUEL TIEMPO JUNTO A TI,

UN RECUERDO QUE ES EL CIELO.

SOY MUCHO MEJOR HOY

QUE CUANDO TE ENCONTRÉ

ME HAS HECHO CRECER SIN MIEDOS.

DISTE LO MEJOR

Y YO LO APRENDÍ

MAESTRA Y APRENDIZ SIN CREDOS…

HOY, LO QUE DISTE DOY,

ESPARZO TU ENSEÑAR

SIN PEDIR A CAMBIO NADA.

QUIÉN TE DA POR AMOR

AL FIN RECIBIRÁ

MÁS GRANDE LO QUE HOY REGALA.

TE DEVUELVO AL FIN

ALGO DEL AMOR

QUE ME DISTE AYER

Y ESPERO…

QUE TE PAREZCA BIEN

TE HAGA SONREÍR

Y ASÍ NO OLVIDES QUE

TE QUIERO.


Partitura con melodía y acordes para guitarra